1.- Restablecer paulatinamente las rutinas habituales, idealmente unos días antes de comenzar las clases: Horarios para volver a la cama, comer, ver televisión y utilizar el computador.
2.- No transmitir estrés a los niños previamente con las compras de uniformes y útiles, el tener que conocer los cursos nuevos, exigencias de notas, entre otros.
3.- Destacar los aspectos positivos de esta vivencia: Reencuentro con los amigos, la posibilidad de aprender cosas nuevas y enfrentarse con una serie de desafíos entretenidos, pueden ser parte de las conversaciones.
4.- Compartir con los hijos sus temores e inquietudes, sin minimizarlos o restarles importancia; alentarlos a verbalizar sus emociones para que se sientan acompañados y contenidos en este proceso.
5.- Organizar con tiempo la compra de uniformes y útiles, entregándole a ellos un rol activo en la elección.